Muchas personas
nos consultan por qué no hablamos más sobre anclas para barcos. Recogiendo la
inquietud de nuestros fieles lectores, pasaremos a explicar qué ancla es la
adecuada teniendo en consideración muchos factores como la superficie.
Iniciamos explicando que la
eficiencia de un ancla tiene estrecha relación con su tamaño, las condiciones
de viento, profundidad del agua, medida de la soga o de cadena empleada; es
decir, es recomendable llevar más de un tipo de ancla porque las condiciones
pueden cambiar.
Anclas del estilo garra: Permanecen
firmes sin importar si el barco gira o modifica de dirección producto al viento
o la marea. Es muy útil en superficies de barro. No obstante, no tiene tanto
poder de sostén en comparación a otras anclas. Uno de sus modelos más conocidos
es el Bruce.
Anclas de tipo aradora: Tiene
ese nombre debido a su diseño y utilidad. Tienen la apariencia y laboran casi
igual que el arador de un granjero. El Delta y el CQR son 2 de sus principales
tipos.
Estas anclas funcionan bien con cruceros pues suelen ser muy óptimas en
diversos lechos marino. Sus modelos son
pesados y gracias a eso son más fáciles de estibar en punta de la proa de un
barco.
Además, poseen plomo de peso extra en la punta, que permite una buena
penetración en arenas duras y algas marinas.
Anclas aleta: Su peso es ligero.
Se incrusta muy bien en el fondo del lecho marino. Posee un buen poder de
sostén para el peso que tiene. No ingresan tan bien en superficies duras o áreas
llenas de algas marinas, pero sí en el barro o realidades arenosas. Por otro
lado, estas anclas no persisten alojados cuando hay cambios de direcciones.
Espero que este artículo te
haya sido útil.
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