En el campo de la náutica o navegación, se le
conoce como cabos a cualquiera de las sogas que se utilizan durante una
embarcación. Estos instrumentos han sido de mucha utilidad desde hace decenas
de siglos, como lo deben saber casi todos nosotros; no obstante, hay otras personas
que quieren profundizar sobre el tema y nos preguntan en nuestro correo si
sabemos qué materiales se usan para la fabricarlos; en línea con eso, en esta
publicación responderemos esa interrogante.
Comenzamos comentando que, a lo largo de la
historia, se han fabricados cabos a base de fibra de coco, cáñamo, papiro,
pieles trenzadas de animales acuáticos (todos mamíferos), etc. La desventaja
que tenían estos materiales era que luego de un tiempo de uso, se hinchaban producto
de la humedad y como consecuencia se podían pudrir. Por tal motivo, con un
mejor respaldo y bagaje tecnológico, los fabricantes realizan en la actualidad
cabos con mejores componentes sintéticos que brindan mayor firmeza, disminuye
el peso y volumen, y se puede emplear con más facilidad.
Vale mencionar, que cuando se eligen los cabos para
una navegación, se debe consultar a un profesional o experto. El especialista
pensará en estos temas: la eslora (la longitud que tiene una nave desde la proa
hasta la popa), diámetro, flexibilidad, humedad, durabilidad ante la abrasión,
coeficiente de resiste y elasticidad de los cabos y por dónde se movilizará la
nave.
Ahora sí vamos al tema primordial. En el presente,
los cabos se hacen de estos materiales:
Cabos de polipropileno: Uno de sus principales
beneficios es su flotabilidad positiva (tiene una densidad de 0,91), su
evidente alargamiento o dilatación y su costo económico. Deriva del petróleo
sin agua. Los cabos de polipropileno se emplean mayormente para boyas de
rescate (balizas flotantes), cabos de esquí marítimo y para atar pequeñas
embarcaciones. No se sugiere el uso de estos cabos para fondeo pues al tener
baja flotabilidad se podría embrollar con las hélices de la nave.
Respecto a su composición, los cabos de
polipropileno están constituidos por polipropileno multifilamento y
acalabrotado. El primero en mención, no se emplea mucho para el campo marítimo,
solo en casos de operaciones de flotabilidad, pues no soporta mucha carga como
el nylon o el poliéster. Mientras que el segundo resiste de forma muy eficiente
ante la abrasión y a la humedad; asimismo, sirve muy bien para ataduras y cabos
de remolque.
Cabos de poliéster: Entre sus principales atributos
están su resistencia y densidad (1,38, un poco más que polipropileno). Al igual
que el polipropileno deriva del petróleo. Por otro lado, su alargamiento es
solo de 8 %, lo que le ayuda a ser el cabo adecuado para operaciones que
requieran que la nave esté firme y no ceda ante nada.
Los cabos de poliéster pueden ser trenzados, pre
estirados y acalabrotados. Los trenzados son muy resistentes, blando al tacto y
elástico; se emplea normalmente para escotas (grupo de cables y cuerdas que
mantienen firme a un velero), drizas (el tipo de soga que se emplea para izar
una bandera o velero) y ataduras de puerto y fondeos. Por su parte, el pre
estirado tiene buena resistencia ante la abrasión, humedad y a los rayos
ultravioletas: también se usa en drizas. Finalmente, el acalabrotado, se
utiliza sobretodo en ataduras; también posee buena resistencia y su
alargamiento es limitado.
Cabos de poliamida (Nylon): A diferencia del
polipropileno y poliéster que provienen del petróleo, este deriva del carbón.
Su resistencia y densidad (1,18) no es como la de poliéster; por otro lado,
tienen casi el mismo porcentaje de estiramiento al polipropileno. Se utiliza
tradicionalmente para ataduras, cinchas, líneas de fondeo y remolque. Es muy
flexible y absorbe agua y eleva su peso.
La trenzada es las poliamidas más empleadas. Estas
son más resistentes a tracciones duras y elásticas. Asimismo, es muy útil para
cabos de remolque ya que absorbe tirones.
Espero que esta información te haya servido de
ayuda.
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